25 de Noviembre de 2020
“Intente hacer algún bien en algún lugar. Todos los seres humanos debemos buscar la forma de darnos cuenta de nuestro verdadero valor. Hay que compartir con nuestro prójimo. Recuerde. Usted no vive en su propio mundo. Sus hermanos están aquí también”.
Albert Schweitzer
Cuando servimos, no sólo ayudamos a alguien que necesita, nos ayudamos a nosotros mismos y sentimos una realización especial que nos conforta y nos alienta a interesarnos por los demás. Siempre he meditado en unas palabras que escucho del sacerdote al terminar la misa: “Para amar y servir, podemos retirarnos en paz”. Creo firmemente que ése es nuestro propósito real en la humanidad, amar y servir, es lo que desata nuestro poder interior, es lo que nos llena de energía, es lo que aumenta nuestra capacidad de dar y como sabemos, cuanto más damos, más recibimos, nuestros dones y talentos se multiplican para hacer de este planeta un mundo mejor, más humano, más servicial, mas unido, en dónde cada Ser Humano aporta sus conocimientos al servicio de los demás, no en competencia, sino en unión, juntos. El impacto que esto causa en el mundo es nuestro legado, si nos apegamos a los valores y principios.

Somos como un río que fluye hacia el mar y que en su travesía genera vida, exuberancia, multiplicación, abundancia, prosperidad y nunca se estanca, porque si así fuera, todo aquello que se estanca, se pudre, no produce vida, produce muerte. Por eso no nos llevamos nada al partir, porque estamos en éste planeta para dar, no para acumular. Todo lo que damos se multiplica, todo lo que acumulamos, se estanca y al final, nos llevamos sólo aquello que hemos dado a los demás. (Romisan)
Romilio Sánchez Garcete
Emprendedor Socioeconómico
WhatsApp